Crear espacios de ciencia en libre elección del espacio de ciencia en libre elección para las primeras edades es fomentar el espíritu investigador propio de la ciencia directamente en los niños y niñas de hasta 6 años, así como en las profesionales de la educación infantil, de manera que se obtenga también de manera indirecta el reconocimiento y la dignificación del centro en su entorno al convertirse en un referente educativo en el territorio en el ámbito de la educación científica a las primeras edades.

Creemos firmemente que el Aprendizaje Basado en Proyectos (en adelante ABP) es uno de los vehículos más potentes para enfrentar con éxito este desafío, uno de los beneficios más inmediato de esta metodología es un mayor compromiso por parte del estudiante, ofrece una oportunidad de profundizar en problemas y desafíos del mundo real importantes para sus estudios y comunidades.

El aprendizaje emocional y social puede iniciarse en el jardín de infantes. Las investigaciones han identificado comportamientos tempranos de alto riesgo ya a partir de los 4 años, por lo que se pueden predecir posteriores conductas violentas como abuso de drogas, embarazo temprano y ciertas formas de psicopatología (Parker y Asher, 1987). Estos comportamientos incluyen agresión física y verbal, incapacidad para demorar la gratificación y tolerar la frustración, incapacidad para entablar amistades, logros académicos pobres y falta de habilidad prosocial positiva (Eron y Heusman, 1984). Las investigaciones también han demostrado que el aislamiento social, si no es atendido, puede indicar la posibilidad de problemas posteriores como depresión e incluso suicidio (Rubin y Mills, 1988).

¿Nos hemos preguntado alguna vez, como profesionales, con qué emocionalidad debemos enfrentar los desafíos de la sala de clases y de la enseñanza? ¿Nos hemos preguntado alguna vez si los niños, niñas y jóvenes, requieren habitar una determinada emocionalidad para enfrentar con éxito los cada vez más desafiantes procesos escolares y académicos?

De acuerdo a Matsushita, K. (2018), el aprendizaje activo profundo representa un enfoque educativo que fomenta la participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje que contrasta con la tradicional enseñanza basada en la unilateralidad del profesor. Este método se distingue por su enfoque heurístico, que se apoya en la resolución de problemas, proyectos, experimentación e investigación, además de promover la discusión, el trabajo en grupo y los debates, a través del aprendizaje profundo, los estudiantes no solo escuchan, sino que se involucran activamente en el proceso. Este programa busca hacer énfasis en el desarrollo de habilidades más que en la mera transmisión de información, otorgando real importancia al crecimiento integral de los estudiantes.

El siglo XXI nos inserta en un mundo de cambios vertiginosos, lo cual requiere que la educación de los estudiantes no sólo se enfoque en la adquisición y reproducción de conocimientos aislados y descontextualizados, sino que en el logro de un aprendizaje profundo a través del desarrollo del pensamiento y socialización de comprensiones. Para esto, es necesaria la formación de personas reflexivas, críticas, que sepan trabajar colaborativamente valorando diferentes perspectivas, comunicar de manera eficaz, explicitar sus opiniones de manera fundamentada, aplicar los aprendizajes en diferentes contextos y solucionar problemas de manera creativa.